
Cuando empezamos pláticas con Roxy, teníamos claro que la identidad de la marca no reflejaba la alegría que trae a las vidas de muchos de sus clientes día a día. Una de las primeras tareas en el proyecto fue entender la estructura actual de la marca, qué mensajes se intentaban transmitir y con qué elementos se hacía. Descubrimos que la marca en general se sentía muy nostálgica, pero seria y rígida, algo que contrasta mucho con la experiencia general de comer helado, una actividad que por lo general remite a momentos alegres, divertidos y únicos.
Definimos una nueva paleta de color empezando por revitalizar el logo, aplicándolo en un rojo más alegre y contrastante. Nos basamos también en el diseño de las sucursales más icónicas para crear una paleta de color complementaria: el menta, que se usa en todas las sucursales traído a una versión más pastel; un color crema que sirve como soporte y fondo para distintas aplicaciones; y un rosa pastel que complementa la vitalidad del logo.
Pensando en que uno de los principales objetivos de Nevería Roxy es mejorar la experiencia en el delivery, rediseñamos los empaques de los helados y la experiencia de compra, en donde consideramos usar la menor cantidad de materiales, y que fueran eficientes en costos.
Como parte del relanzamiento de Nevería Roxy, rediseñamos el sitio web, replanteando por completo su estructura. En el nuevo sitio, usamos la paleta de color complementaria para separar y jerarquizar el contenido dentro de las diferentes secciones, en las cuales el color rojo principal de la marca predomina y contrasta para facilitar la lectura. Ésto, acompañado de elementos redondeados y enmarcados, nos remite a una estética de las décadas de los 50s y 60s.



Para ayudar a implementar la nueva identidad de Nevería Roxy en todas sus sucursales, diseñamos posters usando el Roxy Especial, uno de los productos más icónicos de la nevería como elemento principal. La misma ilustración se ve en distintas aplicaciones tanto digitales como impresas.